Cada vez que le preguntan a una mujer con cierto recorrido profesional si ha sido acosada sexualmente en el trabajo en mi cabeza resuena la carcajada con la que Sharon Stone respondió a la misma pregunta

El País, 25 de abril de 2022

Por Paloma Rando

Que me perdonen Ninotchka y Diane Lockhart, para mí la mejor carcajada de la historia de Hollywood la firma Sharon Stone. Salió de su boca a principios de 2018, cuando un periodista le preguntó en una entrevista si alguna vez la habían acosado sexualmente. 10 segundos de elocuente risa recibió como respuesta el tipo, que ni siquiera supo interpretarla: “Te ríes, pero no sé si es una risa nerviosa o si te estás quedando conmigo”. Ya lo explicó Margaret Atwood: los hombres temen que las mujeres se rían de ellos, las mujeres temen que los hombres las maten. “Llevo 40 años en esta industria”, le aclaró ella, “¿te puedes imaginar cómo era el negocio en el que entré con el aspecto que tengo?”.

Cada vez que le hacen la previsible pregunta a una mujer con cierto recorrido profesional, esa risotada resuena en mi cabeza como el reemplazo más económico a una respuesta obvia. En su entrevista a Julia Otero, Jordi Évole se la hizo y ella rememoró una escena con uno de sus jefes. “Estaba sentado detrás de la mesa de dirección, se levantó, se puso a mi lado, me puso la mano en la rodilla. Yo miré la mano muy sorprendida –lo recomiendo, es una manera muy buena de que se den cuenta de lo que estaba pasando–. Entonces quitó la mano. ‘No seas tonta’, me dijo, volvió a ponerla, le pegué un manotazo y le dije: “Si estás ahí, eres mi director, si cruzas ese camino y te pones aquí, a la próxima te prometo que te doy una hostia”, y me dijo: “Así me gustan las gallegas, con dos cojones”, volvió a su sitio y nunca más”. La de manotazos que hay que dar en lo que tardas en pasar de estar muerta de miedo a morirte de risa.

 


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