El Periódico, 19 de agosto de 2005

JOAN BARRERA

Es difícil poner un calificativo a la charla que el miércoles mantuvieron en Tr3sD, el programa de la noche de TV-3, Julia Otero y Ramon Pellicer. Juntar a estos dos personajes televisivos, cuyas trayectorias discurren por un imposible paralelismo asimétrico, tiene una dosis de morbo considerable. No fue, en el sentido más estricto, una charla entre amigos, a pesar del exceso de complicidad que se palpaba en el ambiente. La entrevista, con anuncio incluido (Otero pospone cualquier proyecto profesional hasta enero), sirvió para constatar que la periodista sigue ahí y, de paso, hurgar en el baúl de los recuerdos, que siempre gusta a los telespectadores.

Un detalle. Entre risas, arrumacos a Àlex Casanovas, el otro entrevistado, y un meritorio intento (fallido) por interpretar My way, Otero contó un secreto: Ana Botella, la esposa de José María Aznar, le dijo, en un aparte del programa Las cerezas, que, desde que dejó el cargo, su marido se negaba a acudir a un plató de televisión en España porque se malinterpretaban sus palabras. Es la reacción lógica de quién no tiene empacho en utilizar la mentira como arma política y un buen día descubre que es el alumno más aventajado del rey desnudo.


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