La Nueva España, 26 de mayo de 2005

ANTONIO RICO

Lo mejor de la televisión del pasado martes no fueron los comentarios de Pitita Ridruejo en «Las cerezas» de Julia Otero. Y mira que se lo curró. Primero se enfadó ella sola porque le parecía que le decían lo que no le decían, después se disculpó con una tautología («Es que me enfado con las cosas que me enfadan»), más tarde explicó su intensa vida mientras nos obsequiaba con el rumor de las perlas de su collar al rozarse junto al micrófono de la solapa: cuando conoció a Carmen Polo lo que le preocupaba era cambiar en su casa una mesa redonda por una alargada («para mis manteles», aclaró); también recordó cómo los preparativos realizados junto a sus amigas para vestir adecuadamente en una visita al Papa fueron desbaratados por Imelda Marcos, quien, para quedar por encima, les envió a todas un sastre malvado que les dio unos trajes horrorosos; del gran Federico Fellini recordaba cuánto sufrió cuando le hizo una prueba en la que tenía que subirse a un coche... ¡mientras llovía! Para rematar dijo saber que vendían chapas con su imagen como icono pop con las siguientes palabras: «En el ABC, que es un periódico serio, una vez me vi». Ella sabrá lo que quería decir.

Pues aunque Pitita puso el listón alto, en el «Debate público» de Teleasturias supieron superar los recuerdos de toda una vida repleta de nada con análisis de la actualidad llenos de ironía y un puntín de mala leche. Al examen del turismo en Asturias, aprovechando que los turistas no estaban viendo el programa, le siguió el análisis de la situación del proyecto europeo a partir de las votaciones del último festival de Eurovisión: «Los bárbaros están acechando para comerse la vieja Europa», apuntilló Gustavo Bueno Jr. A ver si toma nota TVE, y, si no quiere rescatar «Operación triunfo» para que Eurovisión recupere audiencia, al menos que empiece a dar los resultados de las votaciones dentro de la sección de Política Internacional del Telediario.