El Periódico, 4 de julio de 2002

Ferran MONEGAL

Apasionante sesión la que nos deparó ayer tarde el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, en La columna (TV-3). En lugar de apalancarse en la retaguardia del decretazo sobre el paro, se puso milonguero y se arrancó con un tango. ¡Ah!, qué momento. Sentado en taburete alto, emulando el aire de melancolía arrabalera, se puso a desgranar aquello de "Barrio plateado por la Luna / rumores de milonga / que es toda mi fortuna", y a su lado Julia Otero, como la Nina de Operación Triunfo, le iba siguiendo y levitando al mismo tiempo. No cabe otra interpretación: es tanta la pasión que siente el Gobierno del PP por los canarios flauta de la famosa Academia musical de TVE, que a Aparicio le ha entrado el síndrome Bisbal. O sea, también quiere saltar de su andamio ministerial, tan controvertido, tan tosco, tan impopular, y triunfar por la vía del tango. No tardarán en sumarse otros colegas de Gabinete. Rajoy podría abrazar el fado. Rato, el corrido Salud, dinero y amor. Y Mayor Oreja, la canción del verano de Las Ketchup. No le den más vueltas: tienen más futuro como cantantes que como herederos.


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