Artículo publicado en El Periódico el 9 de septiembre de 1999
Texto: Cristina Savall

Julia Otero aseguró ayer que había sido un "juguete" en manos de Onda Cero para "pagar favores ajenos". La periodista defendió que su programa era rentable, líder de audiencia, nada elitista y neutral.

Treinta y ocho días después de que Onda Cero cancelase su programa, Julia Otero analiza las causas de su despido. Ayer, algunos de sus oyentes se manifestaron durante la presentación de la programación de la cadena.

- Onda Cero expuso que el cese de La radio de Julia respondía a que no habían alcanzado un acuerdo.

- Cuando uno tiene que explicar lo inexplicable sólo le queda mentir. Primera mentira: renovar no es suprimir programas líderes. Segunda: no hubo discrepancias, ni siquiera en el ámbito económico. Mi relación con Javier Gimeno (presidente de Onda Cero) siempre fue cordial. Ni él sabía que me iba a despedir. Si no, no se entiende que me invitara a comer a su casa y me presentase a su familia.

- Si con Gimeno todo fue bien, ¿por qué el 2 de agosto prescinden de su programa?

- Me lo dijo y 20 minutos más tarde salí del despacho. Cuando regresé a Barcelona, puse la radio y escuché unas estupendas rancheras. Mi programa nunca más salió en antena. Lo mío fue como un golpe de Estado, tuvo esas formas. Siete personas de mi equipo están en la calle.

- ¿Llevará a Onda Cero a los tribunales?

- Si no tengo más remedio...

- ¿Por qué razón la han despedido?

- Hacía un programa moderado y neutral, con colaboradores de distintas ideologías, con un equilibrio casi matemático, que no inclinaba la balanza, que no era ni de derechas ni de izquierdas. Quizá era incómodo, en la medida en que es incómodo el pensamiento, el plantear dudas.

- ¿Ha sido decisión del PP?

- La llamada más significativa que he recibido fue de Alvarez- Cascos. Dijo que le parecía un severo error.

- Ayer, dos ministros fueron a la fiesta de Onda Cero.

- En este caso es mucho más relevante los que no han ido. Entiendo que siendo un medio de comunicación sería más previsible la presencia del portavoz del Gobierno que la del ministro de Sanidad.

- ¿Fue Piqué quien sugirió su despido?

- No lo puedo afirmar. Más que una mano invisible ha sido un manazas. Quien sea que tomase la decisión, creía que beneficiaría al Gobierno, pero se equivocó. Desde la Moncloa han mostrado su disconformidad.

- ¿Tuvo algún problema con algún tema que trató?

- Me consta que Ernesto Sáenz de Buruaga llamó a la radio para que me dieran un toque.

- El fue quien destituyó a Ramon Pellicer del Telediario.

- Algún mérito habrá hecho para que buena parte de la profesión sospeche que podría ser quien dijo a Onda Cero que tenían que despedirme. En todo caso, Ramon y yo no somos los únicos. Que se lo pregunten a Félix Madero y Fernando Onega.

- ¿Ha recibido ofertas?

- Sólo una y con alta carga simbólica. Pío Cabanillas (director general de RTVE) estaba dispuesto a buscarme un hueco en RNE. No he despreciado la oferta, pero la he declinado.

- ¿Un directivo elegido por el PP le ofrece trabajo?

- Hay una lectura profesional, que es la que yo quiero creerme.

- Y otra política.

- El director general del Ente sabrá a quién rinde cuentas.

- ¿Cree que tiene el beneplácito de Aznar?

- Supongo que dio luz verde.

- ¿Su programa era intelectualmente elevado y elitista?

- Era líder en todas las franjas. Lo mayoritario, por definición, no puede ser elitista. Salvo que Telefónica compre la Real Academia y cambie las palabras.


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