Editorial del 20 de marzo de 2024

Hay tanto ruido que a veces van pasando cosas que pasan inadvertidas. Por ejemplo, ayer por la tarde el Partido Socialista registró la Proposición de ley para abolir la prostitución y abordar también el tema de la trata de personas. Es una iniciativa que ya se presentó la pasada legislatura, pero que, como otras, decayó cuando se adelantaron las elecciones.

Entonces ya fue motivo de polémica, incluso de desacuerdo, dentro del propio Gobierno y sus partidos aliados, con las posturas de Sumar y Esquerra más cercanas, digamos, a los postulados regulacionistas que a los abolicionistas. En aquella ocasión, fue el Partido Popular el que apoyó al PSOE: veremos qué ocurre esta vez, pues ahora, simplemente, esta iniciándose ese trámite.

Podríamos encontrarnos con una votación transversal en el Congreso de los Diputados que podría romper la dinámica de bloques. Ya de entrada planteamos interrogantes, porque es una asunto que merece un gran debate social: ¿qué propone esta ley contra la prostitución y la trata? ¿Qué dice de proxenetas o puteros, y qué debería plantear al respecto? ¿Hasta cuándo va a seguir siendo España el burdel de Europa?

 


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