Editorial del 7 de septiembre de 2023

Otro año más ha pasado desde que la última vez que un presidente del Tribunal Supremo (TS) dice en el solemne acto de apertura del año judicial que esto no puede seguir así. El estribillo de cada año.

Habla del bloqueo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva ya cinco años caducado. Francisco Marín Castán ha utilizado el adjetivo "desolador" para definir el estado del TS que preside él mismo de forma interina por ser el presidente de Sala más antiguo. Y así van las cosas: parche tras parche.

Cada año ante el Rey, que preside el acto, tenemos la queja amarga de sus señorías que piden inútilmente a los políticos que se pongan de acuerdo de una vez.

Hay que insistir, una vez más, en que la última vez que se renovó el órgano de gobierno de los jueces fue en el año 2013, hace ya diez años. Cuando Mariano Rajoy disfrutaba de una mayoría absoluta que, por supuesto, se reflejó en la composición del Consejo. Tocaba renovarlo en 2018, pero primero Casado y después Feijóo no han querido cumplir con esa obligación que marca la Constitución.

El PP fue tomándose tiempo a ver si las urnas cambiaban el Gobierno. De hecho, tras el 23J pensaban gobernar, pero dado que parece difícil que sea así, ¿qué va a pasar? En ninguna cabeza cabe que siga el bloqueo, pero a corto plazo, hasta que no haya gobierno, y luego ya veremos, esto no se va a mover.

 


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