Editorial del 15 de junio de 2023

Poco a poco vamos conociendo más detalles sobre el pacto en Valencia. Ya sabemos que Carlos Mazón tendrá un vicepresidente torero, Vicente Barrera, y que además de la consejería de cultura Vox tendrá competencias en Justicia, Medio Ambiente y Agricultura.

Queda claro que Vox, un partido abiertamente negacionista del cambio climático, apuesta por hacerse con el control de aquellas consejerías que tocan el sector primario. El resultado ya lo hemos visto en Castilla y León con la crisis de la tuberculosis bovina que afortunadamente se paró desde gobierno central, aunque en Andalucía, donde Moreno Bonilla no necesita a Vox porque tiene mayoría absoluta, también Doñana está amenazada con la ley de regadíos. Pan para hoy y hambre y multas millonarias para mañana. Un sin sentido.

Justo este martes el presidente del consejo de participación de Doñana, Miguel Delibes, al que en principio ni habían invitado, un hombre de acreditada independencia, que no es político ni aspira a serlo, instaba a los políticos a dejar la ciencia fuera de la estrategia electoral. Podía Delibes no agitar el avispero pero parece que la intención de la derecha española es hacer todo lo contrario. De momento tenemos la salvaguarda de Bruselas que pone freno al negacionismo climático, pero ojo, porque en las próximasw elecciones europeas pueden tener un resultado que altere ese panorama. Ya estamos viendo al PP europeo alineándose claramente contra la agenda 2030. Negar la realidad telemática por parte de uno de los grandes bloques políticos puede ser la puntilla para la distopía climática que aguarda a nuestros nietos.

 


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