Editorial del 19 de abril de 2023

En 2017, unos meses después de haber sido nombrado presidente de Estados Unidos, Donald Trump le retiró la palabra a un periodista de la CNN, Jim Acosta. "No voy a contestarte a ninguna pregunta", le dijo. "Tú y tu cadena sois fake news".

Las fake news formaron parte del vocabulario habitual de Donald Trump durante su mandato, todo lo que no le favorecía eran noticias falsas pero miren por dónde, ahora son los suyos, quienes siguieron sus mentiras incendiarias, los que deben responder por ellas.

¿Recuerdan lo del Fraude electoral? ¿Qué le robaron las elecciones? Pues La cadena ultraderechista Fox, el gran apoyo mediático del Trumpismo, tendrá que pagar casi 800 millones de dólares por alentar y difundir la falsa noticia de ese fraude electoral. Eso sí, pagando esa cifra astronómica evitará el juicio, aunque a nadie se le escapa que si la Fox ha llegado a ese acuerdo económico con 'Dominion Voting Systems', la empresa que cuenta los votos en Estados Unidos, es por una razón muy simple: sabían que iban a perder el juicio y, de paso, han evitado el bochorno y escarnio de ver desfilar a sus presentadores estrella ante el tribunal y un jurado de 12 personas.

Vamos a reflexionar sobre este caso, sobre las mentiras y su precio en el tiempo de Gabinete. "Las mentiras tienen consecuencias" dijo el abogado de la empresa que demandó a la Fox, pero es verdad que sin juicio es posible que los espectadores de la cadena ni siquiera se enteren de cómo les han estado manipulado. En todo caso es un precedente interesante. ¿Cambiará algo una multa tan millonaria? ¿Es un aviso a los difamadores?

 


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