Editorial del 29 de marzo de 2023

Hay muchos hilos de los que tirar hoy para abordar la actualidad, pero hemos decidido centrarnos en el que más tiempo ha ocupado y sigue ocupando de la conversación pública en España. Me refiero a la maternidad subrogada. O vientre de alquiler. Las palabras no son inocentes, y según se escoja una u otra opción, de alguna forma ya se posiciona quién habla.

No sé si es muy justo que Ana Obregón esté en el centro del tsunami porque hemos tenido en España muchísimos ejemplos previos de personas públicas que han acudido a ese mismo sistema para tener un hijo. Pero las cosas son como son y la popularidad desbordante del personaje siempre la expone mucho más que cualquier otra persona, por conocida que sea.

En todo caso, fuera del personalismo, hoy se ha abierto un enorme debate social y político sobre una práctica que es delito en España. Eso es así.

La gestación subrogada se considera violencia reproductiva contra las mujeres, por eso en España, cualquier contrato firmado de renuncia de la filiación materna se considera nulo. Esta misma semana hemos conocido dos presuntos casos de compra de recién nacidos (uno en Don Benito y otro en Sevilla), en los que los implicados han terminado en la comisaría y los bebés, entregados a Protección de Menores.

Si esos hipotéticos padres de Don Benito y Sevilla hubieran viajado a alguno de los pocos países en que es legal pagar para que otra mujer geste y para, tendrían en casa su bebé como lo tiene Obregón o Miguel Bosé o Miguel Poveda o Ricky Martin. ¿Cómo afrontamos esta contradicción en España? ¿Existe el derecho a tener un hijo? ¿A costa de qué o de quién? Nos lo preguntaremos esta tarde en el Gabinete con Julio Lleonart, Arantxa Tirado y Fernando Iwasaki.

 


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