Editorial del 19 de abril de 2022

El próximo domingo es la segunda vuelta, la definitiva, para elegir presidente o presidenta para la república Francesa. "Las barbas del vecino enseñan mucho" escribe hoy David Trueba.

Es lo que vamos a explorar hoy en el tiempo del gabinete porque los franceses se juegan mucho, pero también Europa. En tiempo de guerra con Putin y con Alemania buscando su nuevo lugar en el tablero internacional, quién gobierne en el Elíseo será crucial. Todo dependerá de la enorme bolsa de votantes huérfanos, los de la izquierda de Jean Luc Melenchon.

Es sabido que en la segunda vuelta el protagonista suele ser en Francia el voto prestado, aquel que no vota lo que quiere sino contra lo que rechaza. Del resultado final depende mucho en Europa: de ninguna forma es igual que gobierne Macron que lo haga una extremista pro-Putin que tuvo que quemar miles de carteles para ocultar su admiración por el líder ruso. Algo común en toda la extrema derecha.

Así que esta tarde en el Gabinete analizaremos qué cartas tiene Le Pen y cuáles Macron en esta segunda ronda electoral ¿Puede romperse la tradicional disciplina francesa de votar al menos malo? ¿O puede haber tentación, en este contexto histórico de tener un comportamiento menos racional y votar por el cuánto peor, mejor? ¿Qué harán los electores de izquierda finalmente? Ahí está la clave.

 


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