Editorial del 6 de abril de 2022

Ayer fue un día denso en la información y pasó bastante inadvertida una sentencia del Tribunal Supremo que se pronunció sobre los vientres de alquiler, calificándolo de "explotación inaceptable" para el niño y la madre. Una sentencia dura y concisa que señala la "cosificación" tanto del niño como de la mujer que lo lleva en su vientre.

Vamos a analizar en el Gabinete las contradicciones de la legislación española respecto a la gestación subrogada. Alquilar el aparato reproductor de una mujer está prohibido, haya o no pagos de por medio, pero como señala el Supremo, ¿por qué se permite entonces la publicidad de las agencias intermediarias? ¿de qué sirve prohibir si luego el Estado tiene que pronunciarse ante el hecho consumado de una criatura inocente y ajena a todo que llega a España en brazos de una pareja? En esta ocasión el Supremo autoriza que ese niño sea adoptado por la pareja como salida a una situación endemoniada.

 


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