Editorial del 4 de abril de 2022

Empezamos semana respirando aire tóxico. Y no me refiero a las imágenes terroríficas de los crímenes de guerra de Rusia que van ocupando las portadas de todos los medios, aunque desde luego nada es más tóxico que la guerra y sus consecuencias.

Repiramos aire contaminado en sentido literal. Lo dice un informe de la OMS hecho público hoy: el 99% de la humanidad respiramos mierda. Siento decirlo así, pero es lo que hay. Y volviendo al terreno de la metáfora, hoy se respira otro aire en el PP, aunque aún no se ha analizado su composición. Lo iremos viendo.

Por lo pronto ya tiene nuevo liderazgo, después del Congreso extraordinario de este fin de semana. Vimos la despedida de Pablo el breve y la llegada triunfal de Alberto Núñez Feijoo. ¿Qué hay en sus formas y contenido que apunte maneras y dé pistas? De momento la nueva ejecutiva, demuestra más querencia por la periferia que por el centralismo castellano habitual en los conservadores españoles. ¿Qué significa que el PP gallego y andaluz, gane en relevancia?

Analizaremos todo lo que ha dado de sí el fin de semana popular en el Gabinete. ¿Qué mensajes envía Feijoo con sus nombramientos? ¿Estamos ante un PP más periférico y menos centralista? ¿Se han cosido las heridas? ¿Sangra alguna aún? ¿Cómo va a librarse Feijóo de la presión de la extrema derecha? Nada le gustaría más al nuevo líder que galleguizar la política nacional hasta borrar a vox, pero ¿cómo va a hacerlo?

 


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net