Editorial del 24 de febrero de 2022

Las Bolsas se han desplomado y el precio de todas las materias primas, el gas y el petróleo se han disparado. ¡Y no hace ni 12 horas que Putin cumplió su amenaza! Hasta los que hoy se levantaron para ir al trabajo en toda Europa y tal vez ni se enteraron de la invasión de Ucrania, todos, somos ya más pobres y tenemos peores expectativas para nuestra vida futura. Son muy malas noticias. Europa vuelve a ser escenario de una guerra que no sabemos cómo puede terminar. Nada es una conquista para siempre, la paz tampoco.

No puede decirse que sea un ataque sorpresa, pero nos sorprenderán sin duda, más de lo que podemos imaginar hoy, las consecuencias devastadoras de este movimiento "putinesco" que sueña con la Rusia imperial en pleno siglo XXI.

No vamos a aparentar lo que no sabemos, para empezar porque hasta los analistas más reputados llevaban semanas diciendo que lo que ha empezado a ocurrir esta madrugada no iba a pasar. Pues pasó, ahí lo tenemos. En casa, en Europa. Así que vamos a dedicar una parte sustancial de Jelo a hacer las preguntas que tenemos todos en la cabeza sobre lo que nos espera a los europeos.

 


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