Editorial del 24 de noviembre de 2020

Sin ánimo de ser aguafiestas, es bueno contar que el Centro Europeo de Control de Enfermedades, teme en toda la Unión los efectos de la Navidad. Acaban de advertir que si se desactivan las restricciones a partir del 20 de diciembre para las celebraciones navideñas, la tercera ola empezaría la primera semana de enero.

Sí, la tercera ola. Es un cálculo matemático que ha hecho el Centro Europeo y no hace falta ni echar muchos cálculos para saber que una Navidad desescalada a lo loco traería esa consecuencia. De ahí, que ya hoy el gobierno considere que no debe haber reuniones familiares en Navidad de más de 6 personas. Eso significa los de casa.

La esperanza para el 2021 la ponen las vacunas que se están produciendo a ritmo frenético.

Hoy el Consejo de Ministros ha aprobado la estrategia de vacunación, que según el ministro Illa tendrá un marco ético, es decir, los primeros serán los más vulnerables. Ancianos en residencias, sanitarios, mayores de 65, personas con discapacidad y adultos con enfermedades crónicas.

Un plan que antes de conocerse ya se ha llevado las críticas de algunas comunidades autónomas, a las que todo le parece siempre mal, sea lo que sea. Ahí están Madrid, Euskadi y Cataluña, que recuerdan que la Sanidad es una competencia transferida y por lo tanto, deben ser los gobiernos autonómicos los que decidan cómo y a quién se vacuna. O sea, que igual tendremos 17 planes de vacunación. Volvemos al mismo y extenuante tira y afloja entre comunidades y Gobierno que ya vivimos con el confinamiento y las medidas de contención de los contagios.

Vamos a hablar de este plan de vacunación que se ha anunciado hoy, y de cómo se gestiona una pandemia en un país con 17 modelos sanitarios. Nos lo preguntaremos en el Gabinete con Julián Casanova, Elisa Beni y Juan Soto Ivars.


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