Editorial del 2 de abril de 2020

Hoy nos hemos despertado con los datos tan previsibles como demoledores del paro.

Durante el mes de marzo, y por el estado de alarma se han destruido 834.000 empleos, el peor dato histórico para un mes en el que tradicionalmente empieza a notarse el auge del turismo. Un dato dramático que se concentra en prácticamente 15 días y que quedará para la Historia de nuestro país. Ojalá sea cierto, como observan algunos economistas, que éste sea el peor dato que veamos este año.

Paradójicamente, hay un sector que necesita trabajadores desesperadamente. No podemos en este 2020 contar con los inmigrantes, que no pueden llegar a España, y eran ellos los que recogían las miles de toneladas de fruta de primavera y verano, que ya está en los árboles y plantaciones. Nos lo contaba ayer Miguel Blanco, el Secretario General de agricultores y ganaderos. Sin esos 100 mil recolectores, la cosecha puede perderse y por tanto, no llegar a nuestra mesa. ¿Hay españoles dispuestos a realizar ese trabajo? Vamos a hablar de esta situación en el Gabinete. ¿Puede cubrirse la falta de recolectores inmigrantes, con mano de obra autóctona?


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