Editorial del 10 de mayo de 2016

He aquí un abanico de síntomas, del que no queremos extraer diagnóstico alguno. Eso se lo dejamos a ustedes:

Síntoma número 1: tras la coalición electoral entre Podemos e Izquierda Unida, había interés en conocer la opinión de Julio Anguita. Es inmejorable, por cierto. Al viejo califa le parece que Alberto Garzón ha dado una lección de humildad magistral, centrado en las ideas y el proyecto.

Síntoma número 2: la derecha política y mediática está altamente preocupada por el futuro de Izquierda Unida, a la que pronostican ser fagocitada y desmantelada por un puñado de escaños.

Síntoma número 3: la izquierda política y mediática defiende que es posible rozar la mayoría absoluta de izquierdas en la próxima legislatura.

Síntoma número 4: todos los que defienden el status quo, acaban de descubrir el supuesto comunismo de Podemos.

Síntoma número 5: A Rajoy todo esto le parece de políticos amateurs, extremistas y radicales.

Podríamos seguir pero con estos 5 puntos ya se puede llegar a muchas conclusiones. La primera es que la campaña va a ser a cara de perro.


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