Editorial del 26 de abril de 2016

A veces los moribundos experimentan una mejoría justo antes de fallecer. No sabemos si ese es el caso de la legislatura en la que estamos pero es cierto que la mañana ha sido movida y que la propuesta in extremis de Compromís ha movido las aguas y ha forzado comparecencias y ruedas de prensa no previstas.

De las 30 medidas propuestas por Compromís (en las que no está ningún referéndum para Cataluña) el PSOE se ha mostrado dispuesto a suscribir 27. Su portavoz, Antonio Hernando, ha contraatacado con su compromiso de aceptar esos 27 puntos más los del acuerdo firmado con Ciudadanos. Sugieren un gobierno presidido por Sánchez, con independientes de diversas sensibilidades y una cuestión de confianza para dentro de 2 años. Es decir una legislatura, de entrada de 2 años, que podría ser liquidada en ese plazo por aquellos que ahora la propiciarían. Eso enviaría a Rajoy a la oposición, nos ahorraríamos nuevas elecciones y lanzaría la pelota fuera del área hasta dentro de 2 años.

Era una puerta que se entreabría y que Ciudadanos al mediodía ha cerrado sin contemplaciones: “no nos vamos a meter en un lío de última hora”, han dicho.

Parece claro que una cosa es predicar y otra dar trigo. Albert Rivera lleva meses aleccionando sobre lo que significan la palabras consenso, cesión y pacto. La teoría vale para el primer minuto o para la última hora.

Como ha reconocido el propio Baldoví, el diputado de Compromís que ha hecho esta mañana la propuesta, “sería un milagro”.

En un rato el rey recibe a Pedro Sánchez y un poco más tarde a Mariano Rajoy. Se lo iremos contando.


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