Editorial del 8 de marzo de 2016

El CIS ha publicado hoy el barómetro de febrero sobre las cuestiones que inquietan a los españoles y, qué quieren que les diga, la foto sociológica que nos ha salido no es precisamente para presumir. Resulta que la ausencia de gobierno es motivo de preocupación solo para el 1,4% de los encuestados, casi el mismo porcentaje de compatriotas que citan la violencia contra la mujer como un problema.

De los refugiados y la crisis humanitaria y migratoria que tenemos en Europa, no hay ni un solo encuestado que se haga eco, así que se va entendiendo que el gobierno español haya aceptado a 15 refugiados en lugar de los 17 mil a los que se comprometió España. No cumplir el compromiso humanitario sale gratis si a nadie importa la suerte de los millones de desplazados.

La independencia de Cataluña importa un pimiento en España, no llega al 2%, así que también se entiende que ignorar ese asunto sea políticamente lo más rentable.

¿Qué nos mueve, interesa o preocupa entonces? Pues en primer lugar el paro, y en segundo, la corrupción, aunque no a todos por igual: les preocupa a los votantes de Ciudadanos, Podemos y sobre todo, a los de las Mareas gallegas. Los emergentes, vaya. A los votantes del PP, poco, un 13%. Todo cuadra, como ven.

Visto con detalle, el barómetro del CIS, demuestra que nuestros líderes políticos no son peores que nosotros. Se nos parecen mucho.


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