Editorial del 26 de enero de 2016

Mientras la élite política, económica y mediática mira de seguir su partida en busca de pactos para gobernar, la fiscalía anticorrupción y la guardia civil nos ponen en los titulares una nueva operación -la operación taula- centrada en Valencia, Castellón y Alicante. A esta hora hay 24 detenidos, 29 investigados, registros en más de 30 domicilios particulares, en fundaciones, empresas públicas y asociaciones deportivas.

Hablamos, según la justicia, de una trama de corrupción vinculada al Partido popular y que habría cometido los delitos de prevaricación, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, cohecho y por supuesto malversación de caudales públicos. Una de las empresas públicas investigadas se dedicó durante una década a construir colegios en toda la Comunidad Valenciana. Corrían los años de vino, rosas y trajes y los sobrecostes de las obras superaron los mil millones de euros.

Entre los detenidos, el expresidente de la diputación, Alfonso Rus. Fue su hombre de confianza y mano derecha, Marcos Benavent, quién estuvo años grabando conversaciones, el que aporta las pruebas más contundentes además de una frase para la historia pronunciada a las puertas del juzgado, "fui un yonkie del dinero" dijo. Después, una diputada de Esquerra Unida, Rosa Pérez Garijo, fue la que puso la primera denuncia en 2014 ante la fiscalía anticorrupción.

Y luego quieren, los de Esquerra Unida, Compromís y toda la patulea izquierdosa, que sus rivales no los tachen de peligrosos..


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