Editorial del 2 de octubre de 2014

Pregunta hoy el juez Andreu a los peritos del Banco de España si las tarjetas de crédito “Black” en las que cargaron los consejeros de Caja Madrid y Bankia la friolera de 15 millones y pico de euros, pudieron cometer algún delito.

En su providencia el juez de la Audiencia Nacional aprecia indicios de delito societario y apropiación indebida y quiere saber si el Banco de España tenía conocimiento de la existencia de esas prodigiosas tarjetas de crédito.

Nosotros también quisiéramos saber a qué dedica Hacienda el tiempo libre. Alguno le quedará después de perseguir fiscalmente a pequeños y medianos contribuyentes, mientras los casos más flagrantes son destapados casi siempre por terceros, ajenos a la agencia tributaria. No es posible que 15 millones de euros puedan moverse durante años sin que nadie repare en ello mientras una factura no declarada de 200 euros siempre acaba sobre la mesa de un inspector.

Alguno de los consejeros ha dicho ya en su descargo que siempre creyeron que era legal. No hay día en que no se nos ponga cara de bobos.


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