Editorial del 9 de mayo de 2013

El éxito de audiencia y el poder de convocatoria del programa de Jordi Évole en la Sexta, sobre el accidente más grave del metro ocurrido en Europa, el de Valencia, no parece haber servido, de momento, para que el presidente valenciano, Alberto Fabra, reconsidere siquiera la posible revisión de la actuación del gobierno de Camps los días posteriores al accidente.

Murieron 43 personas, otras 47 resultaron heridas pero pese a la farsa de la comisión de investigación, cerrada en tiempo record y que desveló el programa de televisión, este mediodía el sucesor de Camps ha zanjado el asunto con un “está lo suficientemente cerrado judicialmente”.

La multitudinaria manifestación de apoyo a las familias de las víctimas del 3 de mayo pasado, con el lema “No olvidamos”, ha sido despachada con total indolencia por la mayoría de la cámara valenciana. Resulta sobrecogedor comprobar cuán de espaldas pueden estar a veces los gobernantes a la población a la que representan.


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