Editorial del 22 de junio de 2012

A partir de ahora, a los votantes del partido popular se les puede llamar “peperos” y a los del partido socialista, “sociatas”, sin agredir la sensibilidad académica de nadie.

Ambas palabras son algunas de las 1697 que la Real Academia Española de la lengua introduce en su quinta revisión este mes de Junio. Está claro que además de fijar, limpiar y dar esplendor, también la RAE puede normalizar algunos conceptos al darle nombre. Si lo que no tiene nombre no existe, podemos convenir que lo nombrado adquiere solidez como realidad. Por eso, ha tenido tanta repercusión que en la palabra MATRIMONIO, la Real Academia añadiese la acepción de “unión de 2 personas del mismo sexo en algunas legislaciones”, por lo que tiene de respaldo a la realidad social española.

Ha sido diligente la RAE en esa incorporación, cosa que no puede decirse respecto a otras realidades, por ejemplo, las clitoridianas. Ese adjetivo no existía hasta este mes. Queremos pensar que las señoras académicas han contado a sus colegas que mucho antes de que existiera la palabra, no había otra forma de situar el placer femenino.


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