Editorial del 22 de noviembre de 2010
Cuando dos no debaten es porque uno no quiere. Ayer noche, en la televisión pública de Cataluña, José Montilla volvió a reprochar a Mas que no quisiera tener un cara a cara con él y Mas respondió que vale, que habría debate, seguramente espoleado por Zapatero que había dicho horas antes que el líder de CiU no se atrevía a enfrentarse a Montilla.
Que queden fuera el resto de partidos, como era de imaginar, ha disgustado mucho a los ausentes. PP y ER anuncian recurso; Iniciativa no, aunque ganas no le faltan. Y Ciutadans impugnará el careo ante la junta electoral. Nada es peor que ser irrelevante y no darse cuenta. Convergencia y PSC sumarán, según todas las encuestas, cerca de 100 diputados. Los otros 50 y pico son a repartir entre 4 o 5 partidos, así que parece más que justificado que Mas y Montilla tengan la oportunidad de debatir a solas.
La oportunidad de los “pequeños” llegará al día siguiente de las elecciones, si no hay mayoría absoluta claro. Cualquiera que sea el elegido ya se cobrará entonces el favor.