Sur Digital, 7 de agosto de 2006

Periodista (Monforte de Lemos, Lugo, 1959) / Una de sus mejores armas es la entrevista / En la actualidad presenta una hora del programa 'Protagonistas' de Luis del Olmo en Punto Radio / Su espinita clavada es Claudia Schiffer

LUIS GÓMEZ

Hija de un trompetista, quería ser médico de niña, pero eligió el periodismo. Y disfruta tanto preguntando que parece que nunca se le acaba el carrete.

La entrevistadora entrevistada. ¿Se siente cómoda?

No mucho, la verdad. Seguramente porque estoy en el coro y repicando. Sé cuando entrevisto lo que espero de los invitados. Y me planteo qué espera quien me entrevista a mí.

Tiene fama de tiquismiquis. ¿Le inquieta lo que pueda hacer con esta interviú?

Relativamente. No me gusta que me hagan determinadas preguntas, pero si las hacen, con no responderlas, suficiente. Tengo ya suficiente experiencia como para saltar por encima de las posibles trampas que me puedan tender.

Tiene muchas cosas que contar, ¿pero interesantes?

No sabría qué decirle. Si interesantes son las dudas, puede que sí, porque yo tengo más dudas que certezas.

¿Se siente heredera de uno de los grandes, como Luis del Olmo?

Un poco, sí. Decir todos los días: 'Buenos días, aquí estamos en 'Protagonistas' es una herencia que implica una gran responsabilidad.

¿Le gusta ir de 'protagonista'?

No, no. La vida me ha colocado, a veces, bajo los focos, muy a mi pesar. Me gusta ser intermediaria.

Pues media en casi todos. Telecinco, Punto Radio, Antena 3, TVE, TV 3, 'La Vanguardia'... ¿Acaba rebotada de todos los sitios o la profesión no puede vivir sin usted?

Rebotada en absoluto. He salido bien de todas las partes, salvo de una en la que decidieron expulsarme de malas maneras. Y no por los resultados. De todas las partes de donde me he ido, lo he hecho dando la mano a la jerarquía y con una excelente relación para el futuro. No se pueden quemar las naves.

¿'Las cerezas' se le atragantaron?

Se le atragantaron a otros. Me sentaron muy bien, tanto que aún recibo muchos elogios.

«Testaruda y honesta»

¿Cómo consigue entrevistar a personajes de primera fila?

Siendo muy testaruda y honesta. Lo primero, para convencerles, y lo segundo para que guarden un buen recuerdo personal. No abro heridas en nadie. No es raro que cuando siembras, luego recojas.

¿Mete las gomas a los poderosos?

Yo no me siento Torquemada. Como periodista no me siento con derecho a juzgar la vida de los demás. Sí me siento en la obligación de hacer todas las preguntas que debo hacer. No es mi misión.

¿Está acostumbrada a la intromisiones de los jefes?

A eso nunca se puede acostumbrar. Por fortuna, he trabajado siempre con suficiente libertad.

¿Julia no pertenece a nadie?

Está claro que no. Y la consecuencia de no pertenecer a nadie es que cuando te atacan, nadie te defiende. En los momentos complicados siempre estás sola. Pero hay soledades que se celebran. No hay que devolver ningún peaje.

¿Se considera un elemento fácil?

No. Tengo la manía de ser sincera y eso no siempre es aconsejable. En el trato se me ve venir y, por tanto, no doy puñaladas por la espalda. Y no engaño.

'Las mujeres que llegan a lo más alto suelen estar solas'. ¿Es su caso?

¡Nooo! Estoy muy bien acompañada del padre de mi hija. He tenido la suerte de hallar a un tipo inteligente que entiende mi trabajo y ocupa en la familia un lugar relevante. No todos los hombres tienen la inteligencia suficiente para ser buenos compañeros de una mujer pública, en el sentido noble de la palabra. Porque lo otro, ya ni lo contemplo.


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