La Razón, 20 de abril de 2004

Amilibia

-Ganó el año pasado y es de nuevo candidata al premio a la Mejor Comunicadora. ¿Qué le da a la Academia?

-Un programa alternativo que merece el premio por ser distinto. Nos saltamos la norma e hicimos un programa sin cotilleos. No trabajamos el hígado de nadie.

-Dicen que TVE le está echando los tejos...

-TVE ya me echó los tejos en la época de Aznar. Es honesto decirlo. Ahora no tengo noticias.

-Están con el cambio de guardia. Con el PSOE parece que tiene más oportunidades, o eso dicen. ¿Es periodista de partido?

-No, en absoluto. Ningún político de ningún color se atreve a llamarme para darme consignas.

-¿Le placería que la nombraran directora general o algo así?

-Soy más mujer de trinchera que de cargos.

-No me diga que ya no tiene ambiciones...

-Tengo, tengo: sin ambiciones el camino es aburrido. He sido valiente.

-Es el vivo ejemplo de que por las tardes se puede hacer algo interesante sin caer en el amarillismo...

-Cierto. He sido valiente en eso. Y somos líderes de audiencia. No me interesa nada eso que llaman el corazón: no voy a hacer a los demás lo que no me gustó que me hicieran a mí. No trituro carne humana.

-Todos vendemos algo. ¿Qué vende usted?

-Vendo palabras, talante, diálogo...

-Como ZP. La consideran un modelo de presentadora. ¿Es modélica?

-No. Sólo intento ser ejemplar para mi hija. Por lo demás, estoy llena de imperfecciones. Me daría vergüenza creerme modélica.

-Imagínese como estarán ahora los pasillos de TVE. Ya sabe: cambio de gobierno, conmoción en la clase periodística. ¿Tiene eso arreglo?

-No creo que tenga mucho arreglo. Los políticos y los empresarios de la comunicación hacen batallas y luego cuentan los muertos.

-Leo que el director general de la radiotelevisión catalana pide que entrevisten en catalán hasta a los invitados castellanohablantes...

-Yo hablo a mis invitados en la lengua en que podamos entendernos. No hay problemas, como no los hay en la calle. Nadie me ha reñido por eso.

-Usted habla gallego, catalán y castellano. Qué suerte: puede trabajar en varias cadenas...

-No es una suerte, es un talante: siempre me integro y aprendo.

-¿Y qué habla en la intimidad?

-Catalán, más catalán que castellano, porque hablo en catalán con mi marido. Y con mis padres, en gallego.

-La baja actividad sexual se relaciona con el exceso de trabajo y el estrés. ¿Cree que la TV también tiene algo de culpa?

-Sí, ahora somos la primera actividad del ser humano, dicen que vemos más de cuatro horas de TV al día.

-Lo peor es que nos dormimos viendo la tele y a ver quién hace el amor...

-Yo recomiendo apagar la tele y hacer el amor. Lo hago siempre que puedo.

-Carod-Rovira dijo que se sentía incómodo en España. ¿Usted se sentiría ahora incómoda en Madrid?

-No, para nada. Yo me siento cómoda en todas partes. La patria son las personas. No me siento nacionalista. No estoy con los separadores ni con los separatistas.

-En fin, que sigue en Cataluña presentado en TV3 «La columna». ¿No le tienta un programa nacional?

-La tentación siempre está ahí.

-La mejor forma de vencer la tentación es caer en ella, decía Oscar Wilde.

-A veces conviene caer y a veces conviene vencerla. Ahora, no sé. Estoy en tránsito.

-Como la propia TVE. ¿Cree que el personal la echa de menos?

-Soy un poco escéptica en esto de los afectos de la afición. No sé si me echan en falta. Yo me conformo con que no me echen.


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