El País, 23 de noviembre de 2003

ROSARIO G. GÓMEZ

Julia Otero (Monforte de Lemos, Lugo, 1960) lleva cuatro temporadas asentada en La columna, el magacín de sobremesa de TV-3. Pero recuerda que casi siempre ha trabajado desde Barcelona en programas como La luna, Un paseo por el tiempo y La radio de Julia. Quizá por ello, y desde su condición de gallega emigrante e integrada en Cataluña, echa en falta una visión "periférica" de España. El próximo jueves recogerá el Ondas.

Pregunta. ¿Cómo lo recibe?

Respuesta. Como una palmada en la espalda. No es frecuente que un premio estatal recaiga en un programa de una televisión autonómica. Por inesperado y legendario, y por el momento en el que llega, sienta bien.

P. ¿En qué pilares se apoya su columna?

R. Es una revista de televisión pegada a la actualidad, que se ha planteado volver a lo clásico, algo que, por lo visto, en estos tiempos es una audacia. Hablamos de gente que hace cosas interesantes en política, moda, ecología, cultura o deporte, sin eludir lo que impresiona al mundo todos los días. En definitiva, pretendemos sentar ante las cámaras a gente con oficios interesantes.

P. ¿Se puede hacer un programa de sobremesa sin hablar de la familia Pajares?

R. En Cataluña se ha demostrado que sí. Pero no todos los trajes sientan igual a todo el mundo. No me atrevo a pronosticar el resultado que tendría en otras cadenas. La columna es líder de audiencia. El éxito se mide a menudo por la cantidad de gente que escoge una misma opción.

P. En su caso, la cantidad y la calidad van de la mano.

R. Hay un viejo axioma que dice: "Lo bueno nunca puede ser mayoritario". No digo que La columna sea la excelencia. Es digno, diferente y alternativo a lo que se emite a esa hora. Y se lleva bien con la cantidad.

P. ¿Presiona TV-3 para conseguir determinadas cuotas?

R. La presión me la marco yo misma. Intento conseguir unos objetivos a la altura de las expectativas. Trabajo en una empresa que comparte mi idea de lo que debe ser la televisión pública: Tiene la obligación de plantear programas alternativos y de tener paciencia para consolidarlos. La televisión es poco valiente. Nos vamos plagiando unos a otros para hacer programas clónicos.

P. ¿Tiene en su horizonte trabajar en una cadena privada?

R. No. Es cierto que se rumoreó, pero no hubo nada. Mi contrato con TV-3 acaba en junio de 2004. Aquí trabajo bien. Puedo hacer lo que quiero y mi responsabilidad es exactamente la misma si trabajo para seis millones de personas como si lo hago para cuarenta.

P. Su salida de Onda Cero fue abrupta. ¿Cómo ve la forma en la que han sido despedidos los profesionales de Antena 3?

R. Las formas dicen tanto como el fondo de la cuestión. Es una falta de elegancia dejar en la calle a decenas de personas sin ni siquiera mirarles a los ojos. Quien dirige una empresa tiene en el sueldo la condición del coraje.


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