Periodista Digital, 10 de enero 2006

"Añoro la insolencia y la inconsciencia que te dan los veinte años y que se pierden con el tiempo."

Por Israel Cuchillo

Julia Otero atiende al teléfono con una amabilidad y una energía abrumadoras. "A tu aire, pregunta lo que quieras"; "Sí, sí, claro que puedes grabar la entrevista, que además yo hablo muy rápido". Se agradece. Con PERIODISTA DIGITAL, desde luego, no ha ido de diva, sino como una compañera más. Y ella sabe mejor que nadie que no es una más. Por su trayectoria... y por su cuenta corriente. Ahora el dinero no le importa precisamente porque le sobra, y se acuerda de que a buena parte de la profesión le sucede todo lo contrario. Esta semana ha iniciado una nueva etapa profesional, en principio un periodo de transición en el que irá cogiendo el relevo de Luis del Olmo al frente de Protagonistas (Punto Radio). Una hora, de momento, y dos a partir de septiembre. Y lo de sustituir finalmente al veterano periodista lo dirán "el día a día y los resultados". Para despedirse, suelta con toda naturalidad: "Bueno, a ver qué tal sale mañana".

Pregunta: ¿Satisfecha con tus dos primeros programas en Punto Radio?

Respuesta: En términos generales, sí. Lo delicado es el tiempo que, como es escaso, implica una concentración de los contenidos y sobre todo renunciar a muchas cosas. Para mí el periodista es el que tiene criterio de selección, y en este caso tengo que extremar todo al máximo e intentar renunciar a muchos contenidos. El recibimiento de Luis ha sido de una exquisitez y de una sensibilidad extraordinarias y yo creo que los contenidos para los dos primeros programas ha sido digno.

P: ¿De verdad estabas "como un flan", tal y como le confesaste a Del Olmo antes de iniciar el espacio del lunes?

R: Sí, es cierto. Con los años y la responsabilidad, en contra de lo que se cree habitualmente, uno tiende a empeorar. Añoro la insolencia y la inconsciencia que te dan los veinte años y que se pierden con el tiempo. Se gana en inseguridad, en nerviosismo, en la carrera de la responsabilidad.

P: ¿Una hora de radio se te queda demasiado corta?

R: Estoy acostumbrada a trayectos mucho más largos, tanto en radio como en televisión. Lo último que hice en radio tenía cuatro horas, y lo último de televisión, dos horas y media. De modo que sí, se hace corto, pero ojalá que les pase igual a los oyentes, porque querrá decir que no aburrimos.

P: A partir de septiembre tendrás dos horas de programa. ¿Más adelante conducirás en solitario Protagonistas?

R: El día a día y los resultados lo dirán. Luis todavía está en muy buena forma y creo que con razón no quiere dejar la radio. No tengo ningún interés en empujarle, ni mucho menos. Los directores de las cadenas son muy conservadores, nadie había apostado hasta ahora por una mujer y probablemente estarán esperando a comprobar a medio y largo plazo cuáles son los resultados que yo puedo aportar. Entiendo a todas las partes, y lo que intento es entrar con toda la energía a mi trabajo para conseguir resultados lo antes posible. El principio que inspiró esta operación es ser el relevo de Luis del Olmo, si no yo no estaría aquí, pero también entiendo que tenemos un tiempo de transición muy interesante.

P: ¿Qué te has encontrado en Punto Radio?

R: Una cadena con vocación de expansión, con ganas de crecer y con mucho ánimo de hacerse un hueco importante en la radio generalista española. Parecía que no había lugar para más, y sin embargo ha llegado una cuarta cadena. Es verdad que nuestra cobertura es infinitamente inferior a las demás, y que de momento estamos en inferioridad de condiciones, pero no es la primera vez que estoy en los orígenes de una radio. Y mucho menos Luis, que ha arrancado en su vida a la Cope, Onda Cero y ahora Punto Radio. Yo estuve con él en los inicios de Onda Cero, que en aquel momento era una cadena incompleta que echaba a andar, y llego ahora también a una cadena que está en ese momento delicado y al mismo tiempo excitante.

P: ¿Por qué las mañanas de radio están copadas por hombres y las tardes por mujeres? ¿Simple casualidad?

R: No creo en la casualidad, sino en la causalidad. Por una parte, es una inercia histórica la que hace que no se pongan a mujeres por la mañana de la misma manera que no se ponen en los consejos de adminstración de las empresas, y por otra, un cierto conservadurismo que yo podría calificar a veces incluso de cobardía. Tendemos a copiarnos unos a otros, casi nadie quiere arriesgar a probar algo distinto, y a veces los que arriesgan son los que acaban ganando.

P: ¿Hay demasiada crispación en las ondas?

R: Sobre todo en una radio, no en todas. Se puede producir una gran discrepancia en los criterios y en las opiniones y se puede mantener una competititividad entre cadenas no reñida en ninguna de los casos con la elegancia y con la ética y, desde luego, no enfrentadas al insulto. Por ejemplo, Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo han sido rivales durante décadas, y nunca he oído una palabra mala de uno sobre el otro. Se han respetado con absoluta elegancia y caballerosidad, luego eso es posible desde la discrepancia. Los que han roto ese juego, allá ellos. No es mi guerra y no voy a estar en ella.

P: ¿Dónde te encuentras más a gusto, en la radio o en la televisión?

R: La radio es más inmediata, te permite abordar más proximidad y muchas cuestiones que la prisa de la televisión las hace inviables. Per se, los dos medios son muy apasionantes y muy bonitos, y todo depende de cómo se usen. Hay telebasura, pero también radiobasura. Los dos medios de por sí son complementarios y excelentes, no podríamos imaginar nuestras vidas sin el uno y sin el otro. La radio, sobre todo, te hace más directamente responsable. En televisión dependes de tantos factores que al final eres un elemento más del engranaje.

P: ¿Y en cuál de estos medios es más rentable trabajar?

R: Depende de cómo entendamos la rentabilidad. Si es estar cómodo y feliz, yo he sido muy feliz en la radio, aunque también he vivido mucha felicidad profesional en televisión. Si hablamos en términos económicos, la televisión. Pero el dinero no es lo que más importa, aunque está bien ganar un dinero acorde con el que le haces ganar a tu empresa. Estoy en un nivel económico que me permite... en fin... Me gano bien la vida en mi trabajo, no todos los periodistas pueden decir lo mismo. Soy una privilegiada y en base a ello puedo decir que para mí el dinero no es lo más importante, siéndolo.


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