La Vanguardia, 20 de febrero de 2002

Josep M. Baget Herms

TVE no deja de explotar el filón de "Operación Triunfo" y sigue condicionando la programación de la competencia, a la vez que proliferan los debates o tertulias en la radio y también en la televisión. El pasado lunes, TVE se sacó de la manga una edición especial del programa en el que los artistas de la Academia interpretaban canciones de las películas de Walt Disney. Un tema idóneo, lógicamente, para congregar una audiencia familiar, niños incluidos, y el resultado no pudo ser más espectacular: 7.824.000 espectadores y una cuota de pantalla del 48,7%, que dejó a más de treinta puntos a la película de Antena 3 que se emitía a la misma hora. El resumen de La 2 sigue registrando niveles de audiencia que este canal minoritario de TVE no había alcanzado jamás con esa regularidad.

El efecto no cesa: para esta noche ya se nos amenaza con una edición de "Tiempo al tiempo" donde Concha Velasco nos presentará, por si hiciera falta, a los artistas y sus familias en un "talk show" que a buen seguro va a incrementar sustancialmente sus discretos índices de audiencia. "Operación Triunfo" es el rey Midas de la televisión y no hay indicios de fatiga en el público, sino todo lo contrario. La gente quiere saber más, valga la expresión, de Rosa, el "patito feo", Bisbal, el ídolo de las quinceañeras, y Bustamante, el favorito de las mamás.

A este asunto dedicó ayer "La columna" una amena tertulia con Julia Otero, que goza de óptima salud (ella y el programa) y no quiso ignorar esta realidad. Nuestro compañero ocasional de columna (de "La Vanguardia", en este caso) Víctor-M. Amela, Carme Freixa y Pitu Abril (uno de los 25 millones que no lo han visto) analizaron la cuestión, aunque ya se ha dicho casi todo sobre el impacto mediático, social y de costumbres de esta "operación" de traumáticas consecuencias para las cadenas privadas, que han expresado sus quejas por su abusiva explotación. A estas alturas, sin embargo, "Operación Triunfo" sólo puede morir de éxito.