El País, 7 de febrero de 2002

José Mantero arremete contra los prelados por considerar 'enfermos' a los homosexuales

FERNANDO ARNAIZ

José Mantero, de 39 años, el primer cura que ha reconocido abiertamente en España su homosexualidad, ha pagado cara la revelación. El obispo de Huelva, Ignacio Noguer, le sancionó ayer con la retirada de la licencia para ejercer el ministerio del sacerdocio por haberse situado 'fuera de la disciplina de la Iglesia en materia de suma gravedad y de escándalo para los fieles'. Mantero se mostró, poco después de conocer la noticia, 'demasiado afectado', aunque no arrepentido de haber dado el paso. Además, criticó con severidad a los obispos que le han descalificado.

El párroco de Valverde del Camino (Huelva), protagonista estos días de una intensa peregrinación por diferentes medios de comunicación para explicar los motivos que le han llevado a salir del armario, no podrá, a partir de ahora, celebrar misas, ni los sacramentos, ni tampoco predicar. El obispo Noguer le ha prohibido la práctica de cualquier actividad eclesial. A través de una carta dirigida a sus 'queridos sacerdotes y fieles', el prelado justifica su decisión en que Mantero se ha situado fuera de la disciplina de la Iglesia 'al abandonar bruscamente su servicio parroquial y mantener, con publicidad y propaganda, la ruptura de su compromiso celibatario'.

'Antes de pronunciarme sobre esto, he intentado inútilmente durante varios días celebrar una entrevista con don José [Mantero], con la afectuosa naturalidad de siempre, para poder obrar mejor, a mi parecer, la búsqueda de la verdad y con caridad fraterna', escribe el obispo después de afirmar que había 'llegado el momento' de decir su 'palabra de pastor' sobre las manifestaciones hechas públicas por el sacerdote 'acerca de su condición de homosexual y su inobservancia del celibato, en términos de alarde y de escándalo, tanto para la comunidad cristiana como para la sociedad en general'.El obispo afirma más tarde que la Iglesia, 'por fidelidad a los sagrados dones recibidos y a los fieles a los que se debe, no puede hacer compatible el ejercicio de las funciones sacerdotales con la ruptura de aquellos compromisos, sagrados también, que llevan aparejados y han sido libremente contraídos'. 'Por mucho que lo fomente la cultura dominante, ni en la ética, ni menos en la Iglesia, vale todo', sentencia el prelado.

José Mantero podrá recurrir la suspensión ante la Santa Sede, aunque, según fuentes del obispado, 'sobre este asunto no queda nada por investigar, porque todo está muy claro'.

El obispado explicó ayer que había retrasado su decisión disciplinaria con la esperanza de reunirse con Mantero 'para poder obrar mejor en la búsqueda de la verdad', pero que, ante la negativa del sacerdote a entrevistarse con su superior, el obispo decidió aplicar la sanción ya que los hechos son 'manifiestos y comprobados'. En cambio, Mantero dijo que 'nunca se ha escondido' y que quienes lo han dicho, lo hicieron 'porque seguramente interesaba crear morbo'.

La decisión del obispado no ha extrañado a los vecinos de Valverde del Camino, que siguen considerando al cura Mantero como 'un hombre educado, correcto y que cumple con su trabajo'. Éste reiteró ayer su firme propósito de regresar al pueblo donde ejercía de vicario parroquial 'para encontrarse con sus fieles', aunque sin anunciar una fecha concreta.

Entrevistado ayer tarde por la periodista Julia Otero en el programa La columna, de la TV3 catalana, Mantero dijo que no sabe de qué vivirá a partir de ahora, que no cobra ni cobrará 'nada por ninguna entrevista' y que las declamaciones del portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan José Asenjo, que calificó la homosexualidad como 'un desorden moral', y las del obispo de Mondoñedo-Ferror, José Gea Escolano, llamando 'enfermos' a los homosexuales, 'pueden ser difamatorias'. 'Llamar a los gays y lesbianas enfermos no sólo es propio de un enfermo mental sino de juzgado de guardia', dijo Mantero antes de asegurar que muchos sacerdotes le habían llamado estos días para 'darle las gracias'.

Mantero declaró también que la decisión de hacer pública su condición de homosexual la tomó movido por la fe. 'No me mueve ningún amor ni pasión ni obsesión amorosa. Me mueve una decisión consciente, libre y responsable, y también me mueve la fe. Igual que Dios me llamó en un momento para ser sacerdote, yo entiendo que Dios también me ha hablado para dar este paso. No soy ningún iluminado', afirmó.


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