El Periódico, 25 de octubre de 2001

Ferran Monegal

Antes de que entrase Pujol, ayer por la tarde, en el plató de La columna (TV-3), Julia Otero tuvo la divertida ocurrencia de sacar a Los Chunguitos para que interpretasen un tema musical de los suyos. O sea, por un momento temimos que se volviese a producir aquel tremendo suceso que ocurrió en las últimas elecciones autonómicas, aquella noche del 11 de octubre de 1999, cuando en el Parc de la Guineueta de Nou Barris debía hacer Pujol un mitin y tuvo que aguantar una pitada tremebunda porque el público pasaba de él y reclamaba, precisamente, a Los Chunguitos. Por fortuna, el público que había ayer en el estudio de Sant Joan Despí era una disciplinada muchachada traída en autocar desde Reus. Si bien no atendieron a las demandas de Julia de que le formulasen alguna pregunta al president, al menos no pitaron, e hicieron gala de una educada permanencia. Es decir, estaban ausentes pero de cuerpo presente, que es lo que cuenta. Pujol, por su parte, estuvo más habilidoso que nunca. Julia le pinchó diciéndole que era reprobable, poco correcto, no haber respondido personalmente a la moción de censura. Y Pujol, tranquilamente, respondió: "Pues mire, gracias a esta moción hemos podido enseñar a toda Catalunya que nuestro proyecto tiene futuro. Y que Mas es un candidato muy bueno. Estábamos pensando, precisamente, en cómo explicar todo eso a la gente, y Maragall nos lo ha servido en bandeja. Le estamos muy agradecidos". En suma: ayer Julia Otero se quedó sin columna. Se la arrebató Pujol y disfrutó arreando columnazos llenos de sarcasmo e ironía.

La juncal muchachada de Reus, al final, le dedicó al president un aplauso colectivo. Buen trabajo el del regidor: la juventud estaba ausente, pero aplaudiendo volvieron a la realidad enseguida.


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