La Vanguardia, 10 de septiembre de 2001

Josep M. Baget Herms

Se acabó la siesta: la batalla de la audiencia de tarde arranca hoy con la reincorporación de Ana Rosa Quintana ("Sabor a ti") y el estreno de "Yo soy Betty, la fea" en Antena 3, y el traslado de "Nada personal" (Tele 5), que pasa de la noche a la sobremesa y se une a "Al salir de clase". TVE dispone de la Vuelta Ciclista a España, un "clásico" incombustible que incluso en septiembre, y después de la resaca del Tour, siempre asegura buenas audiencias.

Hizo bien Julia Otero en adelantarse a la competencia que se le avecina y presentar a su distinguida nómina de nuevos colaboradores. La audiencia ha respondido con entusiasmo: un 22,5% de cuota de pantalla el pasado miércoles y 300.000 espectadores de media durante la semana a pesar de las vacaciones escolares, que siguen para agobio y desesperación de muchos padres de familia. Julia ha dado barra libre a gente peligrosa como Pepe Rubianes y su consultorio sentimental, Ángel Pavlovski y Fabián Estapé con su euroescepticismo a cuestas, que cada uno en su terreno, y salvando las distancias, no tienen pelos en la lengua y si los tuvieran ya está Julia en plena forma para dar caña.

Quizá la apuesta más interesante del nuevo escenario es "Yo soy Betty, la fea", de Fernando Gaitán, que viene a romper algunos moldes con la telenovela al uso. Convertir a una mujer fea, y consciente de su falta de atractivo, en la heroína de un serial es de por sí un riesgo, y más aún si la acción se desarrolla en su lugar de trabajo -una empresa de moda- y quedan en segundo plano los decorados más tradicionales. A Betty no se la presenta como una santa que se redime gracias al trabajo ni se sacrifica por su familia, sino que emplea simplemente otras armas para triunfar ante las chicas guapas e incompetentes que ocupan los puestos más apetecibles de la oficina. Definido como un serial tragicómico y realista, "Yo soy Betty, la fea" fue un fenómeno sociológico que levantó grandes polémicas en Colombia por su denuncia de la corrupción de sus medios económicos y políticos.


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