El Periódico, 7 de marzo de 2001
Ferran Monegal

Es horroroso: ha entrado un cuerpo extraño, un virus, una criatura maligna en TV-3, y nos la está diezmando. Afortunadamente, no hay que lamentar quebrantos graves, pero el lunes apareció Ramon Pellicer haciendo más labores sustitutorias, esta vez en el programa de Otero, La columna. Con gran consternación, Pellicer advirtió: "Me he tomado una dosis de vitaminas. Primero, cayó Buenafuente. Luego Angel Casas. Más tarde, Bàrbara Arqué. Y ahora, Julia Otero". Y su dolor era grande. Dado que la mayoría están ya prácticamente recuperados, a nosotros esta circunstancia nos ha producido al menos el impagable placer de admirar ese golpe del destino, tan extraordinario, de ver a Pellicer llevando a cuestas la columna de su ex . O sea, que el aire de familia --compartiendo cruz, columna, carga y productora Luna Lunae-- que está consiguiendo Pellicer por las tardes es impagable. Anotemos también que en su turno de noche, o sea, en Entre línies , a Pellicer le salió ese mismo lunes un excelente trabajo alrededor de la figura, querida e imborrable, de Ernest Lluch, elegido Català de l'Any por los lectores de EL PERIODICO. En suma, que en cuanto se recupere Julia de la varicela, apoyaremos que manden a Pellicer, otra vez, al Polo Norte, de vacaciones. Esta vez sí que se las merece. Se las ha ganado a pulso. Es incuestionable.


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