El Periódico, 17 de enero de 2001
Ferrán Monegal

Era de esperar: tras el baño de espuma que recibió Aznar el otro día en Antena 3 TV, Rodríguez Zapatero y Pujol, cada uno por su lado, se presentaron ayer en la tele para recibir también el masaje correspondiente. Lo de Rodríguez Zapatero en Tele 5 fue sorprendente. Aunque vimos en el líder de la oposición una cierta actitud mordedora que le honra, no acabó de hincar el diente donde debe. Por ejemplo: nos comunicó con orgullo que ha llamado personalmente a Tony Blair para que se lleve el yellow submarine de Gibraltar. Hombre, es una rara estrategia. En lugar de exigir que sea Aznar el que se descare ante esta basura radiactiva que los británicos le han aparcado debajo del bigote, resulta que le llama él. Tremendo. Si Blair no le hace caso dirán que Zapatero no tiene peso entre los socialistas europeos. Si el inglés atiende, dirán que ha sido por la gestión callada, pero efectiva, del Gobierno. Lo tiene crudo de todas maneras. 

Lo de Pujol en TV-3 (La columna) fue otra cosa más deliciosa. El president fue a ver a Julia Otero para comunicarnos: "El meu moment és aixecar el sostre de la meva acció política". O sea, que el hombre se nos eleva. Desde una zona ignota, pero superior, va a elaborar los grandes temas, y deja el pesado día a día en manos de aquellos que todavía se hacen la ilusión de sucederle. Es extraordinario. Un milagro seguramente. Siendo un hombre bajito, a partir de ahora para ver a Pujol deberemos mirar hacia el cielo.


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