Artículo publicado en el diario Levante el 6 de agosto de 1999
Texto: Pedro de Silva

El peligro de Julia en Onda Cero no era, claro, su radicalismo. La persona inteligente casi nunca es radical. Tampoco, su alineamiento político. La persona inteligente, si no es profesional de la política, se sale siempre de renglón y de guión. Los peligros de Julia Otero eran otros. El primero, su independencia, un atributo del carácter, la biografía y la moral que se tiene o no se tiene. El independiente en radio es un peligro, porque no se sabe cómo va a reaccionar cuando el multiplex vomita las consignas. Por tanto, es claro, se abre un tiempo de consignas. El segundo peligro fue bien percibido por Telefónica, la nueva dueña: su audiencia está muy segmentada. Eso quiere decir que son muchos pero sin formar rebaño, una suma de minorías, con capacidad de análisis y crítica. O sea, desde el punto de vista del poder, el enemigo.


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