España es el lugar del mundo donde nacen menos criaturas. En Cataluña todavía menos. A menudo comentamos que los políticos tendrían que hacer alguna cosa más que recordarnos constantemente la catástrofe demográfica que tendremos si insistimos en no parir. Dicen los estudios que un 23% de mujeres en edad fértil quisieran tener más hijos de los que tienen, pero que no se lo pueden permitir por falta de recursos. Económicos... y otros. Mientras caiga sobre las espaldas femeninas tener criaturas y cuidarlas, hacer funcionar la casa, cuidar los enfermos mayores de la familia y encima, cobrar menos laboralmente por el hecho de ser mujer, que no nos pidan milagros.

En Suecia, por ejemplo, la intervención decidida del estado ha hecho subir considerablemente los nacimientos.

Ayer, Rodríguez Zapatero, tomando nota de la experiencia sueca, presentó un ambicioso plan de familia que prevé que España se aproxime a la media europea de ayudas económicas. Mientras que una familia europea recibe de media, casi un millón de pesetas, aquí tenemos que conformarnos con menos de 200 mil.

El PP ha calificado el plan de Zapatero de “propuesta fantasma”. Ya sabemos que no es lo mismo gobernar que hacer oposición, pero si las cosas continúan como hasta ahora, las que serán fantasmagóricas serán las salas de parto.

Bona tarda. Comença La Columna.


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