Editorial del 26 de octubre de 2023

Ayer en un desayuno informativo con empresarios en Cataluña, Alberto Núñez Feijóo reconoció contactos indirectos con Puigdemont, ya se conocían, pero los reconoció, y añadió que 'el expresident tiene su respeto porque, mientras otros mienten mucho Puigdemont no nos ha mentido y eso es un valor'. Son sus palabras textuales.

Causalmente, que es lo contrario de casual, hoy el círculo de economía de Cataluña ha comunicado públicamente, hace una hora, que son partidarios de la amnistía a cambio de una renuncia expresa a volver a las andadas por parte de los independentistas. Osea que hay movimientos telúricos en Cataluña. En el mundo empresarial y por supuesto en el entorno de la vieja convergencia.

Primero fue Foment del Treball, luego la Patronal de las pequeñas empresas Pymec, y hoy la Patronal más grande, el Sercla, círculo de economía. Todos remando a favor de la amnistía con condiciones, eso sí, para mejorar dicen el clima político en Cataluña y desde luego en España.

Puede que el giro de estos hechos resulte sorprendente a muchos, pero Feijóo, solo pactando con vascos y catalanes conservadores puede llegar a La Moncloa. ¿Cómo reaccionará su partido, el PP, ante el intento de normalizar relaciones con el nacionalismo catalán conservador? ¿Está solo Feijóo en este movimiento? Hoy mismo le ha apuntalado Borja Sémper al decir que las relaciones respetuosas con otros partidos no implican compartir posición política. A dónde habrá llegado el debate político en España para tener que pronunciar una afirmación elemental y de perogrullo democrático.

 


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