Editorial del 12 de septiembre de 2022

Ha sido el fin de semana de los Carlos y las proclamaciones: En Inglaterra Carlos III ha sido proclamado rey de Inglaterra, y otro Carlos, el que nos gusta de verdad sin matices, Carlos Alcaraz, se ha convertido en el nuevo Rey del tenis mundial, el más joven de la historia.

Pero vamos a alejarnos un poco de las celebraciones y la pompa y circunstancia británicas para hablar de cosas más prosaicas, pero que son las que nos deben importar a todos, por ejemplo, la subida del precio de la compra. Esta mañana los ministros Yolanda Díaz y Alberto Garzón se han reunido con las patronales de distribuidores y consumidores para discutir y ver la posibilidad de poner topes al precio de algunos alimentos básicos.

El tema salió la semana pasada, fue desacreditado de inmediato con los argumentos habituales: que si bolivarianos, que si Venezuela, que si el comunismo... Hasta que alguien se dio cuenta de que Sarkozy lo hizo hace 11 años, él, tan conservador, y Francia no cayó en manos de las hordas rojas precisamente. La primera respuesta fue de Luis Planas, ministro de Agricultura, luego entraron Garzón, Escrivá, Margarita Robles... También la CEOE.

Los pequeños comercios hablan de competencia desleal, pero según un barómetro de La Sexta de este lunes, el 60% de la población está de acuerdo con la medida. ¿Se puede poner una limitación al precio de los productos de consumo básico? ¿Qué consecuencias positivas y negativas puede acarrear? ¿Se puede analizar seriamente una propuesta y ver seriamente pros y contras?

 


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