Editorial del 5 de septiembre de 2022

Aquí estamos, empezando la primera semana completa de la nueva temporada. Se acabaron los ensayos, hoy empieza todo de verdad: los programas de tele, los colegios y el curso político. Nos han llamado la atención unas declaraciones del papa Francisco que queremos compartir con ustedes. El pontífice se refiere a los pecados que debe evitar un medio de comunicación. Quien dice pecados, dice código deontológico, claro.

Sí, la coprofilia: el gusto por “la caquita” llega a decir el Papa Francisco, o sea, noticias que ensucian, noticias “de mierda”, esa máquina de fango que acuñó Umberto Eco y que tan bien describe este tiempo convulso.

El resultado es el hartazgo y la indiferencia de la ciudadanía. Hay un interesante estudio del Instituto Reuters que ha detectado con mucha claridad que el aluvión de noticias malas y deprimentes aleja al público de los medios de comunicación. Casi el 40% de los encuestados confesó ignorar las noticias cuando son especialmente duras o poco esperanzadoras.

Nos parece un asunto de importancia capital, que diría Rajoy. ¿Qué consecuencias puede tener ese desapego hacia las noticias y los medios? ¿Qué podemos hacer para combatirlo? La indiferencia hacia la actualidad, ¿puede traer monstruosidades por la puerta de atrás mientras miramos para otro lado?

 


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