Editorial del 26 de abril de 2022

No hay deseos ni anhelos imposibles para el hombre más rico del mundo. Ayer Elon Musk, el presidente ejecutivo de Tesla -y otras compañías- se hizo con el control absoluto de Twitter a golpe de talonario: se “compró” la red social por 41.000 millones de euros. El consejo de administración de Twitter intentó evitarlo pero llegó tarde. Es el mercado, amigos, como dijo aquel.

Dice Musk que lo hace para mejorar la red social, que quiere añadir más transparencia en los algoritmos y más libertad en el discurso... es decir eliminar los filtros por los que, por ejemplo, se tomó la decisión de cerrar el perfil de Donald Trump.

 


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