Editorial del 10 de febrero de 2022

Faltan ya solamente tres días para las elecciones en Castilla y León. Las primeras en las que esa comunidad ha tenido un enorme protagonismo a nivel nacional.

La campaña electoral parece que se le ha hecho bola al PP, o eso dice el mundo demoscópico, que empezó augurando un camino de rosas para el actual presidente, pero que desde hace unos días advierte que hay aún alguna posibilidad para la izquierda.

Ayer, en el debate final, Fernández Mañueco trató de reivindicarse cuando su ex vicepresidente, Francisco Igea, le espetó que los candidatos parecían más Ayuso o Casado que él mimso.

Y es que eran tan altas las expectativas del PP que todo lo que no sea una victoria apabullante de Fernández Mañueco, que le permita gobernar sin Vox, será leído como un fracaso. Aunque, si necesitan a Vox, ya dijo ayer Ayuso que no sería ningún problema. Es decir, lo que ya se sabe, aunque solamente Ayuso lo dice sin complejos.

 


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