Editorial del 27 de octubre de 2020

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han presentado los grandes trazos de los Presupuesto Generales del Estado, los primeros del Gobierno de coalición. El anteproyecto que ha aprobado el Consejo de Ministros incluye la subida del IRPF a las rentas más altas, los que cobran más de 25.000 euros al mes (o sea, 300.000 anuales), también incremento en los impuesto sobre el patrimonio para todos aquellos que posean diez millones de euros en bienes de todo tipo.

Los presupuesto también abordan una mayor inversión en Sanidad, un 150% más que en las cuentas anteriores; también en Educación, un 70% de incremento.

Y también existe el compromiso -polémico esto- de regular el precio de los alquileres.

Son presupuestos expansivos, ha dicho Pedro Sánchez, que han sido saludados como los que ponen fin a la austeridad, los recortes y los ajustes.

Falta, obviamente, todo el recorrido parlamentario, que no será fácil (nada lo es en esta legislatura).

Los más optimistas creen que seguiremos con los presupuestos prorrogados de Montoro al menos hasta el mes de enero.

Pero está claro que lo aprobado esta mañana es la piedra angular de la legislatura.


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