Editorial del 14 de octubre de 2020

El miércoles nos deja una nueva sesión de control bronca, llena de palabras tan gruesas y zafias que no dejan lugar al debate. Los insultos ocupan el lugar de las ideas y disimulan la insoportable levedad del ser de muchas de sus señorías. Por cierto, que tiene algo de poética imposible tachar de señorías a personas tan poco refinadas en el uso del lenguaje.

Hoy la marea de fondo venía agitada por la propuesta de reforma de ley orgánica del Poder Judicial que el martes registraron PSOE y Unidas Podemos. Una iniciativa que trata de sortear el bloqueo del PP, rebajando la mayoría que se requiere de tres quintos a mayoría absoluta y que Pablo Casado ha tachado de atropello a la legalidad.

Muchas preguntas. ¿Ha explorado el Gobierno todas las alternativas para hacer frente al inexplicable bloqueo de los populares? ¿La escogida es una salida que puede convertirse en un boomerang para el PSOE?

Por si esto fuera poco, más asuntos judiciales. Hace una hora y media el Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de Gürtel, con ligeras rebajas de condena para alguno de los acusados. Pero vamos, siguen siendo condenas muy duras.

La Sala de lo Penal del Supremo ratifica que el PP, en efecto, fue partícipe a título lucrativo de las actividades corruptas de Francisco Correa, aunque elimina de la redacción final la expresión de la 'caja b' del PP.

La sentencia es firme desde hoy mismo, de modo que ha quedado claro que la mayoría de los centenares de motivos expuestos en los cuarenta y dos recursos de los condenados, todos o prácticamente todos, han sido rechazados por el Tribunal.


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