Editorial del 24 de octubre de 2016

Atención a lo que ha dicho hace apenas 2 horas el expresidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra: “Cuando se dice que tienen que votar las bases y los militantes va en contra de la esencia de la socialdemocracia y del partido al que yo me afilié. Si hubiera sido un partido asambleario yo no hubiera militado en el PSOE”.

Como ni Ibarra ni nadie de la vieja guardia socialista da puntada sin hilo parece evidente que el nuevo PSOE-viejo se prepara para acabar con las elecciones primarias. Josep Borrell y Pedro Sánchez son, hasta la fecha, los únicos candidatos a la Moncloa elegidos por las bases. Todo parece indicar que los militantes se equivocaron y el “aparato” tuvo que intervenir. En el caso de Borrell encontraron el camino para que él mismo se practicase el harakiri, pero con Sánchez han tenido que sacar herramientas duras y quedan rastros de sangre por todas partes.

Hay que estar atentos a los movimientos de los próximos días. La jefa in pectore, Susana Díaz, debe intentar que el Congreso de su partido sea lo más tarde posible -el tiempo ablanda a los respondones cuando comprueban el frío que hace fuera-. Lo segundo será argumentar, como hoy ya ha hecho Ibarra, que las primarias son un engendro del diablo.

Como ha dicho hoy Toxo, líder de Comisiones, cada uno es muy libre de suicidarse como quiera.


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