Editorial del 14 de enero de 2016

Estaría bien que los partidos emergentes tomasen el testigo de las causas judiciales en las que UPyD, fuera del Parlamento español esta legislatura, ha ejercido en los últimos años la acusación popular.

Ayer mismo Andres Herzog, pese a haber dicho que su partido tenía que desistir de todas las causas en las que estaban personados, registró un escrito de acusación en la Audiencia Nacional para que los consejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia que disfrutaron de las tarjetas black, no queden impunes. Si la fiscalía no pedía apertura de juicio para algunos acusados, el riesgo de que salieran sin rasguño judicial alguno era alto.

Pues bien, casualmente la Fiscalía Anticorrupción acaba de pedir también cárcel para Rato, 4,5 años de prisión, y 6 para Blesa. UPyD pide por el asunto de las tarjetas opacas, 10 años de cárcel para Blesa, Rato y Barcoj y 6 años para los otros 63 consejeros, además de la inhabilitación para cargo público y para la profesión bancaria.

Si esta legislatura se presume como la de la regeneración, esperemos que los que han esgrimido esa bandera tomen el testigo cuando UPyD desista de todo por carecer de medios económicos. Sería lamentable que el castigo que las urnas infringieron al partido de Rosa Díez, acabe por ser la salvación de grandes corruptos.


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