Editorial del 11 de enero de 2016

Este 11 de enero estaba previsto que fuera un día informativamente espeso e importante, antes incluso de que a punto de sonar la campana, fuera investido un nuevo president de la Generalitat. Después de eso, el juicio del caso Noos, no es que parezca menor –que no lo es- sino que está muy acompañado en los titulares del día. Que una hermana del rey se siente en el banquillo, es una prueba de fuego para el poder judicial que deberá decidir en breve si a la Infanta se le aplica la doctrina Botín, o sea que alguien puede ahorrarse el juicio, como se le ahorró a Botín, si sólo hay una acusación popular. Veremos si Cristina de Borbón es igual a todos los españoles ante la ley o igual a Botín.

En cuanto al tablero político español, están todas las fichas sobre la mesa pero no se vislumbra cuál va a ser el próximo movimiento. Está por ver si alguien en el PP se atreve a sugerir que Rajoy debe dar un paso atrás. También está por ocurrir en el PSOE que alguien diferente a Sánchez diga abiertamente que quiere sustituirle.

Por si no había bastante competencia hoy para hacerse con el titular del día, va y se muere David Bowie, un mito de la música que se ha marchado a los 69, demasiado tarde para ser el cadáver bello que cuenta la tradición mitológica moderna, pero muy joven para dejarnos sin previo aviso.

Con estos mimbres, a ver qué tal nos sale hoy el cesto.


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