Editorial del 24 de noviembre de 2015

España está entre los países de la OCDE que más han recortado en educación desde que empezó la crisis. Lamentablemente esa es una certeza constatable en el informe Panorama de la Educación 2015 difundido esta mañana. Mientras la mayoría de países han aumentado el gasto educativo en los últimos años, España junto a Estonia, Hungría, Italia y Eslovenia, ha aplicado la tijera allí donde reside la única esperanza de remontar la situación, es decir, en la formación de niños y jóvenes.

Considerar la educación como un gasto y no como una inversión, es un error propio de países sin ambición o de gobernantes sin ese sentido común al que tanto alude Rajoy. También la OCDE reprocha a España que sea de los pocos países que no evalúa o examina a los profesores. Un único examen para acceder a la profesión no ocurre prácticamente en ningún país aunque esa es una verdad que al profesorado no le gusta mucho aceptar. En otros países hay una imprescindible evaluación regular de los docentes.

También es verdad que el profesorado español es el que más ha visto recortar sus sueldos en los últimos años, de hecho, sólo en Portugal, un país intervenido por la Troika, el descenso del coste salarial de maestros y profesores es mayor que en España. Sólo en Portugal el recorte ha sido mayor. La gran paradoja es que quién metió a fondo las tijeras en el sistema educativo, José Ignacio Wert, está ahora en París como embajador en la OCDE, el mismo organismo al que debemos el informe de hoy, y con bastante mejor sueldo, por ejemplo, que el propio presidente del gobierno.


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