Editorial del 5 de noviembre de 2015

Aunque hay asuntos en este día que acaparan mucha atención, desde el tema de Cataluña y el TC a Benzemá pasando por el barómetro del CIS, no nos distraigamos de lo más importante: la Comisión Europea no solo no ha rectificado sus previsiones negativas respecto al déficit de España sino que las ha empeorado.

La Comisión hace dos informes macroeconómicos clave cada año. El difundido esta mañana es uno de ellos y en él se dice que España no va a cumplir, que el déficit este año va a ser 5 décimas más de lo prometido, y el año próximo aún peor, 8 décimas más. Añade la Comisión en estas devastadoras previsiones que el paro no bajará del 20% en España hasta el 2017, es decir, no cree ninguna de las promesas del gobierno.

El varapalo es mayúsculo, porque la actualización de los datos ha sido para empeorar todas las previsiones. Leído el informe macroeconómico de Bruselas, analizar el barómetro del CIS supone otra conclusión: la herencia recibida para el próximo gobierno, aunque fuera presidido por la misma persona, será demoledora. En enero, con las rebajas, llegará la cruda realidad.


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