Editorial del 14 de octubre de 2015

“Lamento que haya terminado así porque aún tenía recorrido”. Así se ha expresado Alfonso Alonso sobre la dimisión y abandono de la política de Arantxa Quiroga como máxima responsable del PP en el País vasco. Y lo dice él, que no ha sido ajeno, a su desautorización en público.

Después de una semana de silencio, Quiroga, en un acto de coherencia poco frecuente en la política española, se va porque ha sido desautorizada por la dirección nacional. Su Ponencia para la libertad y convivencia en Euskadi fue mal recibida a 500 kilómetros, los que separan el día a día del País vasco de Madrid, y la presidenta del partido popular simplemente se va y abandona la política.

El portavoz parlamentario del PP vasco, Borja Semper, ha explicitado la vergüenza que esta situación le ha provocado y ha reivindicado la trayectoria de Arantxa Quiroga que ha estado 20 años dando la cara por su partido, en tiempos muy duros en que eso suponía jugarse la vida.

Semper ha pedido a la dirección nacional que dejen de tutelar al partido en el País vasco, y que sean ellos quienes escojan al sucesor de la presidenta saliente. Pide mucho, a la vista de lo que acaba de ocurrir.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net