Editorial del 31 de agosto de 2015

Hace más de 30 años, muchos refugiados camboyanos que huían de las torturas indescriptibles de POL Pot murieron por no dormir. Les aterrorizaban de tal forma sus sueños que prefirieron morir despiertos, exhaustos, reventados.

Ese horror de lo que ocurre a veces mientras dormimos inspiró el personaje de Fredy Kruguer a West Craven. El maestro del terror acaba de morir en Los Angeles en un mundo donde las pesadillas siguen siendo insoportables.

Este mes de agosto hemos visto cientos de miles de refugiados que huyen de la guerra y del hambre. Tal vez inspiren un día una gran película porque lo que es la compasión y la generosidad de Europa no parece. Y eso que los líderes se reúnen mucho, gesticulan más y practican el postureo electoral.

Estamos de vuelta con esas imágenes en la retina y con un otoño político tan incierto como apasionante. Se lo iremos contando cada tarde a partir de hoy. Bienvenidos, familia.


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